martes, 3 de diciembre de 2013

El efecto de las políticas ante la crisis en la esperanza de vida

Con frecuencia  se analiza el efecto de la crisis, como fenómeno global, en la vida de la gente y, entre otras esferas de la misma, en la salud. Es una preocupación de los investigadores de la salud pública en su conjunto no exenta de controversia. Un trabajo tan apasionante como difícil. Una aproximación a la realidad tan interesante como imprecisa.

Esas investigaciones encierran en sí mismas las dificultades inherentes a cualquier averiguación científica que intente asignar a cada fenómeno social, económico o sanitario, sus causas o sus efectos. Entre lo más plausible de este afán se sitúa el interés de los investigadores en poner a disposición de quienes toman las decisiones los conocimientos que determinen las políticas que puedan aplicar y las que deban evitar. Y sí no fuera posible entrar en el fondo del problema o simplemente no se desea, al menos existe la obligación moral de amortiguar  los efectos de la debacle del sistema en la vida y el bienestar de las personas. Me resisto por ello a hablar aquí de los efectos de la crisis como un todo intocable y prefiero hacerlo sobre las consecuencias que tienen las políticas que, al amparo o con la excusa de la misma, se toman. Desde el convencimiento de que siempre es posible elegir entre ellas y escoger las menos perjudiciales para los ciudadanos.